¿Cómo puede el profesional sanitario acompañar ante el duelo?

28/03/2019
Es importante la formación para trabajadores sociales sanitarios en el acompañamiento del duelo

Entrevista a Elisabeth Barbero y Carolina Oliva, trabajadoras sociales sanitarias del ICO 

Los profesionales sanitarios tienen que enfrentarse a situaciones muchas veces complicadas. Han sido intensamente formados para curar, tratar y diagnosticar enfermedades y dolencias y hacer frente a la muerte, pero la pérdida no siempre es evitable. ¿Qué ocurre cuando tienen que comunicar o acompañar a familiares en el proceso del duelo? ¿Están preparados? ¿Tienen las herramientas necesarias para este fin?

Hemos querido entrevistar a las trabajadoras sociales sanitarias del Instituto Catalán de Oncología (ICO) Elisabeth Barbero y Carolina Oliva, ponentes de la jornada “Pérdida y duelo. ¿Qué me implica como profesional?”, organizada por los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, sobre cómo los profesionales sanitarios pueden acompañar en el proceso de pérdida y duelo y esto es lo que nos han contado.

¿Creéis que en general la sociedad siente aprensión al duelo? ¿Qué sentimientos nos genera la muerte ajena?

Elisabeth– Vivimos inmersos en una actividad frenética, donde resulta más fácil detenerse en cosas que gustan o que sabemos que nos producirán placer, huyendo de lo que nos pueda generar dolor o sufrimiento. Es innegable que el duelo es igual a pérdida, y la pérdida es igual a dolor, por lo que sí, considero, que existe cierto temor, aprensión al duelo.

Los sentimientos que genera la muerte ajena suelen ser sentimientos de dolor, de impotencia y frustración, pena, tristeza. Lógicamente estos sentimientos siempre vendrán asociados al vínculo y el apego establecido con la persona fallecida o su entorno, pero también con las condiciones de la muerte.

Carolina– Tendemos a evitar la visibilidad de aspectos que generan sufrimiento. La muerte y el duelo son, en su esencia, sufrimiento por lo que mostrarla y acompañarla son tareas difíciles para una sociedad donde impera los “like” y la respuesta a la necesidad se da de forma inmediata. Acompañar y sostener el dolor tras la pérdida es justamente todo lo contrario, ya que pasa por aceptar el sufrimiento y respetar el tiempo que necesita la persona para ir elaborando esa pérdida.

La muerte del otro despierta nuestra propia vulnerabilidad y a partir de ahí un torrente de sentimientos que, como profesionales, hemos de poder trabajar para mantener un buen equilibrio tanto en lo profesional como en lo personal. Los sentimientos que se despiertan dependerán de la individualidad de cada uno, de su experiencia, de sus propios duelos, de su historia de vida, de su situación personal,… lo que es necesario es escucharlos y poder gestionarlos.


“Acompañar y sostener el dolor tras la pérdida pasa por aceptar el sufrimiento y respetar el tiempo que necesita la persona para ir elaborando esa pérdida”


Si vas a entrar en el ámbito de la salud tienes que  ser consciente de que en un momento u otro un tsunami emocional va a pasar por encima de tuyo por lo que prepárate lo mejor posible para ese momento, de esa forma podrás continuar ayudando al otro y a ti mismo.

¿Cómo reacciona normalmente un profesional sanitario cuando tiene que comunicar la muerte de un paciente?

Elisabeth– Siempre resulta una cuestión complicada para el profesional sanitario por la pérdida y el dolor que implica al entorno de la persona fallecida. Las condiciones en las que se hayan producido la muerte, las medidas de confort que se hayan podido activar durante el proceso del morir, la comunicación existente entre el equipo asistencial y la familia serán factores importantes que influirán en el momento de comunicar la muerte. Ante todo, es necesario que el profesional ofrezca seguridad y tranquilidad máxima a la familia, que sea reflejo de su capacidad profesional en la atención a la persona que acaba de fallecer. Posicionarse de una forma cercana significa mantener una postura empática y asertiva, repleta de comprensión y entendimiento al sufrimiento del otro. Este posicionamiento de acompañamiento necesita un aprendizaje, una preparación… forma parte de la responsabilidad de ser un buen profesional en todas las facetas de la profesión.

Carolina– Es una tarea. La forma en que la realiza depende de la propia consciencia de la importancia que tiene ese momento. Si el profesional empatiza con el dolor que va a suponer esa noticia posiblemente pueda adoptar dos fórmulas;  una huyendo de ese momento y que su objetivo esté centrado en acabar lo antes posible siendo esa su prioridad ante «esa desagradable» tarea, o bien, por el contrario, lo haga de forma consciente, conectando con el dolor que va a suponer la noticia, siguiendo las pautas profesionales que existen para intervenir en esos casos y con la disposición de “estar”, de «acoger» y de «acompañar» la reacción que va a poderse dar en ese momento. La diferencia ante esas dos posiciones es un tema de compromiso personal.

Los profesionales que trabajamos en este ámbito sabemos que la forma de dar la noticia puede suponer un trauma añadido que dificultará el duelo y la elaboración de la pérdida o por el contrario, puede suponer un facilitador en el proceso de adaptación a la pérdida.

En esta situación para el profesional sanitario ser empático y conectar con el dolor supone un coste personal importante y se abre una gran tarea para el profesional; el autocuidado y la autogestión ante la exposición a situaciones de una  importante carga emocional.

¿Cómo lo vive cuando tiene que acompañar a los familiares en el proceso del duelo?

Elisabet– En nuestra experiencia, se repiten dos vivencias en los profesionales de la salud: en la primera, el sanitario es consciente de la falta de recursos y habilidades para la comunicación, lo que les hace sentir inseguro e incapacitado para ayudar en esta circunstancia y la segunda, se refiere a la carga emocional propia del profesional surgida por la exposición directa a situaciones estresantes de este tipo. En estos casos, el profesional se refugia en la excusa de que el acompañamiento en el duelo no es su trabajo, que no es un servicio que deba dar él sino profesionales del duelo tanatológico, pero ¿quien debería hacerlo?

Creemos que la formación es el único recurso para mejorar la intervención de los profesionales sanitarios ante el acompañamiento en el duelo. Sin duda, las herramientas, las habilidades y la autocura son aspectos claves para los profesionales de la atención de la salud.


«La forma de dar la noticia puede suponer un trauma añadido que dificultará el duelo»


¿Con qué retos se enfrenta un profesional que trabaja en contacto con situaciones de pérdida y muerte en estos tres ámbitos: escuela, empresa y centro sanitario?

Elisabeth– El reto principal y común en los tres ámbitos es generar la conciencia sobre estos temas, promover la visibilidad de esta situaciones “sin mirar hacia otro lado”, sino favoreciendo un acompañamiento a las personas que están atravesando por situaciones de tanto sufrimiento, a través de la obtención de unos conocimientos básicos y la adquisición de unas habilidades comunicación y de autocuidado que permitan “cuidar al otro, favoreciendo el autocuidado”.

Los profesionales de la escuela tienen que acompañar en situaciones de alto sufrimiento e impacto en las aulas por situaciones de pérdida de salud o muerte de algún niño del colegio, o de algún familiar de los niños de la escuela, atendiendo a la necesidad de la variabilidad de edades, culturas y capacidades emocionales del menor o del grupo de menores. En la actualidad, se enfrentan a ello, sin una formación específica en este ámbito que les pueda facilitar el acompañamiento necesario, que les permita cuidar y cuidarse a ellos mismos, ante situaciones de tan alto impacto emocional.

En el ámbito de la empresa, ante situaciones semejantes, no existe un conocimiento sobre las repercusiones y el impacto físico y emocional que puede generar una persona en situación de pérdida o duelo. En ocasiones, debido a esta falta de conocimiento, se pueden asociar actitudes reactivas de este proceso, como una falta de interés por parte del profesional o una incapacidad de desarrollar la actividad definida para su puesto de trabajo como un pérdida de interés en la empresa, pudiendo generar situaciones de falta de entendimiento entre ambas partes, que tan solo generan un aumento de malestar emocional, aumento de ansiedad, sentimiento de incomprensión, depresión, etc, en el trabajador, impidiendo una sana elaboración del duelo, por ser este, un factor que impacta directamente en la evolución del proceso. A veces incluso nos podemos encontrar con toma de decisiones precipitadas por cualquiera de las partes que pueden provocar un despido, una falta de renovación de contrato, o una marcha voluntaria del profesional. Por todo ello, se precisa la concienciación, la sensibilización y la concienciación personal y profesional en este tipo de situaciones.

El ámbito de la salud desde hace unos años trabaja por un modelo más holístico de atención a las personas, la definición de la OMS en 1946 ya incluye en el concepto aspectos físicos, mentales y sociales, por lo tanto desde esta perspectiva los profesionales sanitarios tenemos una responsabilidad en la intervención en estos ámbitos no centrados únicamente en la enfermedad.

Para mí, el reto es visibilizar la necesidad de que todos los profesionales asistenciales dispongan de una formación específica básica en el proceso de atención de la pérdida, que les permita tener habilidades básicas y una capacitación específica que  favorezcan una mejor atención sanitaria integral de las necesidades de la persona enferma y su familia y una conciencia de la necesidad de autocuidado que evite el burnout o la fatiga por compasión en su carrera profesional.


«Los profesionales sanitarios tenemos una responsabilidad en la intervención en otros ámbitos no centrados únicamente en la enfermedad»

 

Carolina– Para que podamos ser una comunidad eficiente en el acompañamiento de duelo necesitamos integrar esa tarea desde diferentes sectores profesionales. La persona en duelo se interrelaciona en diferentes ámbitos; los niños en la escuela, los familiares con la escuela y sus lugares de trabajo,.. los profesionales que estamos en esos sectores hemos de conocer los procesos de duelo y disponer de herramientas para poder intervenir.  El gran reto es la formación…bueno no! previo a eso hay un gran reto; que es el tomar consciencia de la necesidad de formarte en este ámbito y tener la certeza de que tus intervenciones van a facilitar y van a suponer un beneficio para la persona en duelo. No nos vamos a convertir en terapeutas!!!…vamos a «acompañar» y a realizar intervenciones profesionales, dentro de la disciplina de cada ámbito, que tengan el objetivo de facilitar los procesos de duelo de las personas que atendemos.

¿Qué recursos hay para ayudarle a capacitarse profesional y personalmente?

Elisabeth– Indiscutiblemente, la formación. Actualmente las  universidades y los centros formativos de educación secundaria no incluyen contenidos específicos troncales sobre la pérdida y el duelo, desde mi punto de vista, básicos, en profesiones sanitarias. Estos conocimientos quedan sujetos forzosamente al interés de aprendizaje individual de los profesionales a través de formación en máster, posgrados, otro tipo de formaciones académicas, jornadas, etc.

Carolina– En el mundo de la empresa existen también cursos que se pueden realizar a través de la Fundación Tripartita. En ocasiones, nosotras hemos hecho esa modalidad y tienen muy buen resultado porque formas  a equipos de trabajo enteros que intervienen en una misma realidad.

En cuanto a bibliografía, existen un montón de obras que permiten ampliar conocimiento y que son una importante fuente de consulta y guía para la intervención.

Como en todos los ámbitos, uno encuentra el recurso si tiene el interés o mejor dicho ha detectado la necesidad de adquirir conocimiento.


Duelo y la pérdida en el MU de Trabajo Social Sanitario (MUTSS)

Dentro del MUTSS, del que es directora científica Dolors Colom Masfret, la pérdida y la elaboración de su duelo es una materia transversal a muchas asignaturas porque elaborar el duelo no es solo un mecanismos de defensa y reequilibrio después de la pérdida por muerte, también experimentamos la pérdida, la muerte interna cuando nos diagnostican una enfermedad degenerativa, o por causa de una enfermedad no podemos ejercer más nuestra profesión, o por una rotura de pareja perdemos el interés por la vida y acabamos desarrollando una depresión o mil situaciones cotidianas que ponen de relieve la transversalidad de esta emoción. Lo que cambia es la intensidad de cómo se experimenta, pero cada persona es distinta. Dentro del crédito dedicado a la atención a personas con diagnóstico de cáncer, el duelo es una parte.

«Se trabajan aspectos del abordaje específico a situaciones de pérdida y duelo desde los distintos ámbitos de intervención del profesional del trabajo social sanitario», explica Elisabeth, también alumna del Máster Universitario de Trabajo Social Sanitario de la UOC.


 

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Autor / Autora
Editora de contenidos de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC
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