Estilos de vida saludable pueden reducir un 30% el riesgo de demencia

14/03/2019
salud cerebro
| Entrevista a David Bartrés-Faz, neurocientífico y profesor colaborador de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC
Comer de forma saludable, hacer ejercicio, dormir bien y tener una actitud positiva en la vida son algunas de las recetas infalibles, aseguran los expertos, para cuidar la salud. Pero, ¿qué es lo más importante para cuidar nuestro cerebro? ¿Cuáles son los peores enemigos de la salud cerebral? Como explica, el neurocientífico David Bartrés-Faz, los estilos de vida saludables funcionan también para el cerebro, de hecho, podrían reducir un 30% el riesgo de demencia. Hemos querido saber más sobre cómo envejecer mejor y conocer las últimas investigaciones relacionadas con el cerebro y le hemos hecho esta entrevista.

 

El Dr. David Bartrés-Faz lleva más de 20 años estudiando el cerebro. Lo conoce bien. Es investigador del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Barcelona y del IDIBAPS y coordinador del Barcelona Brain Stimulation Lab (BBSLab). También lidera el único grupo representante del sur de Europa en el proyecto europeo LifeBrain, que analiza las claves del envejecimiento cognitivo de más de 6.000 personas. Además es uno de los responsables del proyecto Barcelona Brain Health Iniciative del Instituto Guttmann y la Obra Social «la Caixa. Impartió hace unos meses el Healthy Workshop: Estilos de vida y salud cerebral: Barcelona Brain Health Initiative, organizado por los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). El principal campo de estudio de este neurocientífico es descubrir los patrones de vida claves para mantener un cerebro sano y esto es lo que nos contó. 

¿Cómo afecta nuestro estilo de vida a la salud cerebral?

Cada vez tenemos más evidencia de que los estilos de vida (nutrición, socialización, actividad física, actividad cognitiva, sueño…) son muy importantes en el mantenimiento de nuestra salud cerebral a lo largo de la vida. Sabemos hoy en día que unos estilos de vida óptimos podrían reducir un 30% el riesgo de sufrir demencia.

Lo que no conocemos todavía es cuál es el peso de los diferentes estilos de vida para cada persona, es decir, nos hace falta saber cuáles son los patrones de hábitos saludables que debería adoptar cada individuo en función de su predisposición genética o características de personalidad para retrasar la aparición de la demencia.

Pero lo que sí sabemos es que los estilos de vida son muy relevantes y además son modificables, este un dato muy interesante en investigación clínica sobre hábitos, ya que es algo que podemos cambiar y optimizar.


«Estilos de vida no saludables como la mala alimentación, la inactividad física o los patrones de sueño alterados son factores de riesgo relevantes para la aparición de enfermedades neurodegenerativas»


¿Cuáles son los peores enemigos del funcionamiento cognitivo y psicológico?

El peor enemigo del funcionamiento cognitivo del cerebro es la edad avanzada. De hecho, envejecer es el principal factor de riesgo para que aparezcan las enfermedades del cerebro más prevalentes como es la demencia, la patología cerebrovascular y otros tipos de enfermedades que incapacitan a las personas y que están asociadas a la edad.

Pero también sabemos que hay personas que envejecen de forma muy óptima. Aunque cumplir años es un factor de riesgo para las enfermedades del cerebro, sabemos que es posible envejecer bien.

¿Y cómo se puede envejecer bien?

Estamos intentando caracterizar a esta población que lo consigue. Por ello queremos saber qué características tienen estas personas. No solo conocer cómo son desde el punto de vista genético y fisiológico, sino también qué hacen a lo largo de su vida que les protege para tener un envejecimiento óptimo.

como envejecer bien para cuidar nuestro cerebro
Aunque hacerse mayor es un factor de riesgo para las enfermedades del cerebro, es posible envejecer bien

Los factores de riesgo de tipo vascular (hipertensión, diabetes, colesterol elevado, afecciones del sistema inmune o relacionadas con el estrés) aumentan las probabilidades de padecer enfermedades neurodegenerativas. También sabemos que hay otros factores de riesgo relevantes como es no seguir estilos de vida saludable (mala alimentación, inactividad física o patrones de sueño alterados).


«Educar a la población ayudará a un envejecimiento saludable del cerebro«


Tenemos evidencia de que son factores de riesgo porque cada vez se sabe más que las condiciones cerebrales, asociadas a la edad, aparecen antes o de forma más marcada en algunas personas.

Además sabemos que no tener unos años mínimos de educación afecta a nuestra salud cerebral. De hecho, es un factor de riesgo de desarrollar demencia cuando la persona envejece. Esta información es relevante para desarrollar políticas no solo sanitarias sino también sociales. Educar a la población ayudará a un envejecimiento saludable del cerebro.

¿Qué papel tiene el sueño en la salud del cerebro?

Existen estudios que identifican el sueño como fenómeno fisiológico fundamental para el buen funcionamiento del cerebro. Se asocia directamente con los procesos de aprendizaje y memoria, con el buen equilibrio neuroquímico cerebral, con el humor y una dirección social hacia tu entorno. También sabemos que cuando los trastornos del sueño (insomnio, apnea del sueño, trastorno del sueño REM -las personas que lo sufren actúan en los sueños mientras están dormidos-) aparecen en la edad mediana son factores de riesgo para desarrollar enfermedades neurodegenerativas a largo plazo.

se necesita dormir bien para cuidar el cerebro
El sueño se asocia directamente con los procesos de aprendizaje y memoria

En concreto, el trastorno REM aumenta la probabilidad de que aparezcan enfermedades tipo párkinson y el insomnio está asociado con la aparición del deterioro cognitivo y con estadios previos al alzhéimer. No quiere decir que todos los que tienen insomnio después desarrollarán la enfermedad de Alzheimer, pero sí que tenemos fuertes evidencias que hay una asociación entre el trastorno del sueño (insomnio) y la deposición de proteínas en el cerebro, que son las que marcan la fisiología patología del alzhéimer.

Lo difícil es tratar el insomnio aunque hay terapias psicológicas combinadas con tratamiento farmacológico que pueden ayudar a tratar los trastornos del sueño.

 


«Los trastornos del sueño en la edad mediana son factores de riesgo para desarrollar enfermedades neurodegenerativas a largo plazo»


¿Qué otros tratamientos pueden mejorar el sueño?

Es cierto que otros hábitos como la mala alimentación son fáciles de cambiar, pero no tanto los problemas del sueño. Por que si te despiertas a media noche ¿cómo lo solucionas? Se puede mejorar la higiene del sueño (no beber cafeína antes de dormir, ni comer ciertas cosas, no activarse antes de ir a la cama…) y otros tratamientos con ansiolíticos pueden ayudar. También se puede recurrir a ciertas pautas o patrones de conducta para manejar situaciones de insomnio como cambiar de lugar cuando te despiertas a media noche y hacer una actividad hasta que te venga el sueño, y siempre evitar quedarte en cama. Sobre todo intentar asociar la conducta de dormirte con la habitación, si se hace de forma repetida el cerebro entenderá que la cama es solo para dormir y esto ayuda un poco. También se puede enfocar el problema del insomnio desde el punto de vista cognitivo: intentado eliminar los pensamientos negativos y los que provocan ansiedad o asociados con no dormir. Suele pasar que las personas que no duermen bien pueden maximizar su problema, las repercusiones de no haber dormido bien…(con pensamientos catastóficos como si no duermo tendré un accidente de tráfico). Es muy importante tener en cuenta que hay muchas diferencias entre los patrones del sueño de cada persona.

¿Qué relación tiene la salud cerebral y socializarse con otras personas?

Los humanos somos personas sociales y la socialización es uno de los pilares que explican el mantenimiento de nuestra salud cerebral. Sabemos que la sensación de solitud no querida, o la percepción subjetiva de aislamiento, es decir, la sensación de sentirse solos, que tienes un déficit emocional entre cómo querrías interactuar y lo que realmente ocurre, es un factor de riesgo para que aparezcan enfermedades o disfunciones como la depresión en la edad avanzada. Por un lado, sabemos que la persona depresiva maneja la situación de estar aislado, de sentirse desesperadamente solo, de otra manera, ya que aunque lo detecta no cree que pueda superarlo y ya no quiere ni intentarlo.

La soledad no deseada perjudica la salud cerebral
La soledad no deseada perjudica la salud cerebral | Foto: Omar Alnahi/Pexels

¿Las personas mayores en los países anglosajones sufren más soledad que en los países mediterráneos?

Los ingleses diferencian soledad (loneliness) de aislamiento social (social isolation). Algunos estudios en EEUU, Gran Bretaña y en países nórdicos muestran que entre  el 30 y 40% de población de personas mayores está sola, es una cifra más alta que en los países mediterráneos, aunque hay que vigilar porque cada vez nos vamos acercando….en el tema de la soledad hay un tema cultural. Nuestro entorno, gracias al tejido social, está más protegido, pero las diferencias entre ambas culturas cada vez son menores porque nuestra sociedad va cambiando.

¿Existen políticas para tratar estos problemas de soledad?

En Gran Bretaña, por ejemplo, este mal contemporáneo lo han convertido en un asunto de estado, hay incluso un Ministerio de la Soledad (minister of loneliness). Estas sociedades han intentado poner soluciones a este problema y en EEUU tienen un programa de personas retiradas que propone aumentar el contacto social de las personas mayores, basado en visitas a sus domicilios de personas jóvenes determinados días. Este tipo de programas de aumento de interacción social son positivos pero parece que, si no se trabaja el aspecto cognitivo, tienen una eficacia limitada,. Porque hay personas que se sienten solas y este sentimiento se va retroalimentando y creando estereotipos negativos de interacción social que perpetúan esta soledad. Por ello, es importante conocer los motivos por los que una persona no tiene compañía, ya sea por un motivo familiar o porque se ha ido aislando debido a experiencias negativas y lo ha ido perpetuando con estos pensamientos.

¿Qué efecto tiene el uso de nuevas tecnologías en el envejecimiento del cerebro?

Hace tiempo que se sabe que hacer sudokus, jugar al ajedrez o usar las nuevas tecnologías y, en general, realizar actividades complejas que requieran concentración y atención puede potenciar las funciones cognitivas.

El problema es que no sabemos cuáles son los parámetros de lo que se debería de hacer: la frecuencia o dificultad en función de cada persona. Los neurocientíficos todavía no sabemos qué podemos recomendar como programa terapéutico para mejorar la función cognitiva en una persona o grupo en concreto.


«Lo ideal es que la actividad cognitiva sea compleja, motivadora y suficientemente innovadora»


Para ello necesitamos más estudios experimentales como los que estamos haciendo en el Barcelona Brain Health Iniciative. Esta investigación no solo estudia qué efecto tiene la actividad cognitiva durante un tiempo determinado en las funciones cognitivas (memoria, lenguaje, etc) mediante un programa de entrenamiento cognitivo versus los que no lo han hecho. Esta es la única manera de llegar a conclusiones que puedan convertirse en recomendaciones para hacerlo a nivel de población de riesgo.

Como la tecnología va por delante de la ciencia, tampoco podemos decir que la gente no lo haga. Se sabe potencialmente que el uso de las nuevas tecnologías es bueno pero también que el abuso no lo es. Lo ideal es que la actividad cognitiva sea compleja, motivadora y suficientemente innovadora pero no sabemos más detalles todavía. Todavía tenemos mucho que descubrir.


David Bartrés neurociencia
Dr. David Bartrés es profesor colaborador de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC

¿Por qué estudiaste neuropsicología?

El deseo de comprender la conducta y el comportamiento humano llevaron a David primero a a estudiar Psicología, y posteriormente, su necesidad de conocer mejor el cerebro como órgano y sus bases biológicas en humanos, le hicieron decantarse por la neuropsicología

Lo que más le fascina a este neurocientífico son las diferencias individuales en el funcionamiento cerebral, que luego se manifiestan en el pensamiento y comportamiento. Entender esas diferencias, explica,  puede ayudar a diseñar unas intervenciones adaptadas a cada individuo a la hora de ayudarles y  mejorar su calidad de vida. También le apasiona el carácter cambiante del cerebro, lo que se conoce por neuroplasticidad, esa capacidad para adaptarse al desgaste del día a día y que el mismo se impone como órgano que regula todos los procesos del organismo. La parte que más le gusta a este científico apasionado por este órgano dinámico es la corteza prefrontal y los sistemas de control y ejecutivos del comportamiento porque son las áreas que permiten esa plasticidad, esa adaptación al cambio que tanto admira.


 

¿Te interesa la neuropsicología? Puedes consultar el programa del MU de Neuropsicología de la UOC

 

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Autor / Autora
Editora de contenidos de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC
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