La gerontofobia, nuevo rostro de la desigualdad y la exclusión en las sociedades desarrolladas

03/02/2021
gerontofobia Foto: Humphrey Muleba en Unsplash

Las personas mayores han sido de las más afectadas por la pandemia del COVID-19. Por esta razón, los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC han realizado una jornada destinada a hablar sobre la gerontofobia y las desigualdades y la exclusión de la sociedad hacia las personas mayores de 65 años. A continuación se muestra una pincelada de lo expuesto durante la sesión. 

Las residencias de mayores, la tormenta perfecta en la crisis del COVID-19 

Por el Dr. Julio Villalobos, profesor asociado de la UOC y especializado en medicina intensiva, habló cómo han gestionado las residencias de mayores la crisis sanitaria. 

Las residencias antes de la crisis 

El primer problema que se plantea entorno a las residencias de personas mayores es el número de plazas públicas y privadas que se ofrecen en España. Por lo que refiere a las primeras, actualmente se encuentran en una ratio de 1 plaza por cada 100 mayores de 65 años. La solución que han ofrecido algunas comunidades autónomas ha sido convertir algunas plazas privadas en plazas concertadas, subiendo la a 4’02 plazas por cada 100 mayores de 65 años, lo que sigue siendo insuficiente. 

Por otro lado, históricamente estos centros dependían de las Consejerías de Sanidad, pero actualmente dependen de las Consejerías de Acción Social y son las comunidades autónomas las que deciden la legislación, la acreditación y las auditoría, lo que hace que haya mucha disparidad en cada territorio. Estos centros deberían depender de Consejerías de Salud. 

Otro de los problemas es la información, es muy difícil saber el número de plazas para residentes, los fallecimientos u otros datos relevantes.

 La crisis del COVID-19 en las residencias 

Actualmente, la mayoría de ingresos en las residencias son personas muy mayores pluripatológicas y polimedicadas, personas muy frágiles médicamente que necesitan mucha atención para su tratamiento. Es muy difícil, por ello, mantener las distancias entre residentes y profesionales, al tratarse de residentes dependientes. Durante la pandemia, ha habido una gran concentración de personas mayores de 65 años muy débiles, en centros poco preparados. Por otro lado, hay poca formación clínica de los profesionales con poca cultura de la prevención. Además, cabe mencionar la falta de apoyo institucional que han tenido las residencias, ya que el gobierno ha dado prioridad a los hospitales, y los tests de diagnósticos y los EPIs tardaron más en llegar a las residencias. 

Todos estos factores se han traducido en las altas tasas de mortalidad que se han visto durante los últimos meses, con un porcentaje total de defunciones en residencias del 67’75%. 

¿Qué hemos aprendido? Qué hacer tras la crisis sanitaria por la pandemia 

El Dr. Villalobos cree necesario crear un plan de contingencia, para evitar los errores cometidos en el caso de una nueva crisis. Sería ideal reducir residentes para que se puedan cumplir las medidas de distanciamiento, e ingresar los demás residentes en centros más adecuados para sus necesidades. Por lo que respecta a un plan a medio o largo plazo, es vital que se aumenten el nivel de profesionales como los geriatras. 

Se necesita acotar las tipologías de las residencias, con el fin de saber qué residentes pueden ingresar con la garantía de que sus necesidades serán cubiertas. Otro elemento a integrar es la atención sociosanitaria en las residencias con la atención primaria y el hospital de referencia. Además, se debe establecer criterios homogéneos de acreditación y funcionamiento, a través de una normativa estatal, ya que la falta de información se está viendo claramente en las disputas entre autonomías durante la pandemia. 

Inclusión social de la personas de edad

Por la Dra. Natividad de la Red Vega, doctorada en Ciencias Políticas y Sociología y profesora colaboradora honorífica de la Universidad de Valladolid, habló sobre la inclusión social de la persona de edad.  

La construcción social de la vejez y la experiencia vital de envejecer

Con el aumento de la esperanza de vida gracias a los avances médicos y el bienestar social hemos observado también el favorecimiento de la creación de una sociedad donde se infravalora la vejez. Cuando una persona entra en la categoría de “viejo”, se empieza a percibir la proyección de diversos estereotipos sociales. La primera fase es la irrelevancia y la invisibilidad, y luego pasan  a ser objetos de actitudes paternalistas, utilizando un lenguaje infantilizador y sobreprotector.

Es de vital importancia que se tenga en cuenta el lenguaje con el que uno se dirige a las personas mayores, especialmente en los medios de comunicación. Hay términos utilizados incorrectamente porque no les incluyen a todos como: jubilados, abuelos, personas dependientes o clases pasivas. El término de viejo o anciano también tiene un matiz peyorativo. Asimismo, se usa mucho nuestros mayores, reflejando un sentimiento inadecuado de propiedad. 

Dado este escenario, se pueden dar dos caras a medida que avanza la vejez: la cara definida por las actitudes de la sociedad hacia la persona mayor, o la cara definida por los comportamientos de cada persona de edad como consecuencia de la primera. Esto puede repercutir en dos actitudes, que la época una vez iniciada la jubilación esté llena de oportunidades para realizar lo que no se había realizado antes, o una época de frustración personal, dada por la fragilidad física, la disminución de las relaciones o la pérdida de relevancia. 

¿Cómo abordar la propia vida desde una realidad social distinta? 

Tanto desde el punto de vista de una persona de edad avanzada como desde el punto de vista de alguien que trata con ésta, se debe realizar un proceso de aprendizaje y desaprendizaje. 

Es necesario que la persona mayor aprender a cultivar, cuidar y mantener las relaciones sociales para no entrar en el aislamiento. La Dr. de la Red Vega explica que para retrasar lo máximo posible el depender de otras personas se debe prestar atención al ejercicio y las relaciones, cuidando mucho el trato para facilitar la experiencia vital. 

Algunas innovaciones que se deberían hacer desde la construcción social y la experiencia vivida para favorecer a la inclusión de las personas de edad avanzada son: 

  • Incidir positivamente en la construcción social de la vejez desde la cultura. Se debería introducir la perspectiva intergeneracional en las investigaciones, los medios de comunicación o la educación, prestando también atención al uso del lenguaje. 
  • Prestar atención a los programas o servicios en residencias con personas mayores cuidando las necesidades básicas y de comunicación, pero también favoreciendo las necesidades familiares, afectivas y relacionales intergeneracionales con el entorno más cercano. Se trata de favorecer al envejecimiento activo y promover la autonomía. 
  • Innovar en la prevención, permitiendo detectar adecuadamente las necesidades de las personas y cubrirlas rápidamente. Esta práctica ayudaría al retraso de las enfermedades y la dependencia crónica, aumentando la calidad de vida de la persona y reduciendo costes en los servicios sociales y sanitarios.  
  • Reorganizar los servicios sociales y sanitarios desde su dimensión primaria. En algunos casos deberían estar relacionados con los servicios educativos y culturales para responder a necesidades complejas desde una perspectiva transversal, comunitaria y local, además de promover modelos que promuevan la riqueza de la diversidad intergeneracional junto con la interdependencia. 

Covid-19 y discriminación por edad

Por Eduardo Rodríguez Rovira, Presidente de Honor de CEOMA (Confederación Española de Organizaciones de Mayores), hizo su charla sobre la discriminación por edad.

La población de edad, un grupo especialmente vulnerable en situaciones de catástrofe

Durante la crisis sanitaria actual ha quedado demostrado el riesgo al que se ven sometidas las personas mayores en situaciones de este tipo. No sólo debemos referirnos a pandemias, cualquier otra catástrofe, como un desastre natural, por ejemplo, también pone en peligro el bienestar de esta generación.

Por ello, desde la Segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento, se impulsó un Plan de Acción con el objetivo de garantizar la protección de estas personas, con medidas que exigían la igualdad de acceso de las personas de edad a la atención médica y la creación de conciencia entre el personal de socorro en cuestiones de salud y el estado físico propio de las personas mayores.

Sin embargo, la puesta en práctica de estas medidas durante la crisis del Covid-19 ha sido un fracaso, ejemplificado en la gestión de las residencias, donde no se tomaron medidas preventivas ante epidemias convirtiéndose en el ojo del huracán de la pandemia. 

En los domicilios particulares, donde residen en soledad cientos de personas mayores, también se han infringido los principios establecidos en la Segunda Asamblea: en Madrid, los bomberos tuvieron que hacer, sólo en marzo, 200 irrupciones en viviendas ante el desamparo y soledad de estas personas.

La actualidad pandémica, una causa de desmoralización entre las personas mayores

La falta de liderazgo frente a la pandemia, el aumento de casos confirmados y la poca fiabilidad de los datos son una de las principales causas de desmoralización para las personas de edad. A pesar de este hecho, es destacable una iniciativa positiva propuesta tanto por el Comité Bioético de España como por Médicos sin Fronteras, con el respaldo de numerosas instituciones: la realización de una auditoría externa de los sistemas de atención social y sanitaria para prepararse para pandemias futuras, pidiendo la intervención de asesores internacionales.

La gerontofobia es una evidencia que la formación universitaria debe revertir

Por la Dra. Dolors Colom Masfret, Directora Científica del Máster universitario de Trabajo Social Sanitario en la UOC y socia fundadora del Instituto de Servicios Sanitarios y Sociales. Manifestó la necesidad de la formación para combatir la gerontofobia

Los medios de comunicación, uno de los principales propulsores de la gerontofobia

La gerontofobia está presente en muchos ámbitos de la sociedad, y los medios de comunicación son uno de los principales creadores de ésta a través de los temas que se tratan en la agenda mediática. Es de vital importancia que el tratamiento que se le da a las personas mayores en los medios cambie, pudiendo así, combatir la gerontofobia generada por este sector que tanto influye en nuestra sociedad.

¿A través de qué elementos se ilustra la gerontofobia?

Los siguientes ítems son ejemplos de la gerontofobia:

  • Las personas mayores son víctimas del mobbing inmobiliario.
  • Las personas mayores enfermas, sin capacidad para defenderse, son víctimas de humillaciones y malos tratos por parte de quienes los cuidan.
  • Las urgencias hospitalarias obstaculizan el ingreso en planta a personas mayores, optando por dejarlas en los boxes de la misma área de emergencia.
  • Las personas que, por razón de edad, única y exclusivamente por razón de edad, quedan excluidas del mercado laboral.
  • Las personas que caen en el culto de lo joven.

¿Cómo puede intervenir la formación en esta realidad?

La formación proporciona métodos que permiten el análisis objetivo de la realidad, instruyendo y desarrollando competencias para verificar y hacer preguntas, desarrollar programas preventivos, elaborar diagnósticos e intervenir éticamente.

Si nos fijamos en datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud, ésta determina el maltrato como una de las expresiones máximas de gerontofobia. Pone en relieve que las personas mayores no suelen denunciar estas prácticas sino que son los profesionales quienes denuncian estas situaciones de maltrato. Por tanto, los docentes y profesionales deben poner la atención en este aspecto, teniendo un papel de vital importancia en la lucha contra la gerontofobia y mostrando la necesidad de una formación adecuada.

Otro elemento que enseña la formación es a verificar los datos. Por ejemplo, cuando se dice que las personas mayores realizan más procedimientos sanitarios que los jóvenes, no es cierto. Lo mismo pasa cuando se dice que las personas mayores realizan más altas que los jóvenes o cuando el consumo y el gasto sanitario de los mayores es superior al de los jóvenes. Estas falacias son usadas con frecuencia, contribuyendo a la confrontación de personas mayores con las jóvenes.

Desde la UOC y el Máster en Trabajo Social Sanitario, se trabaja para impartir todas las metodologías necesarias para crear profesionales formados en ética y sensibilizados y concienciados con la realidad y los problemas de los pacientes.

Puedes encontrar el webinar completo en el siguiente enlace

También puedes acceder al resumen del segundo webinar de la jornada de Trabajo Social Sanitario.

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